lunes, abril 27, 2009

"La violencia cambia a las personas, no termina con un tratado de paz"

Vesna Grnic-Grotin, Asesora del Consejo de Europa

EL PAÍS-País Vasco

El dolor continúa cuando cesan las bombas. La expresión "tiempos de paz" oculta que el odio y la violencia no desaparecen con el alto el fuego. Vesna Grnic-Grotin, asesora del Consejo de Europa sobre diversidad lingüística y cultural, es testigo en su condición de croata de las consecuencias de una guerra, la de los Balcanes, marcada por la negación de la diversidad y el intento baldío de erradicarla. En su paso por el País Vasco, recuerda el conflicto yugoslavo como ejemplo de lo que no hay que hacer: pensar que quienes son diferentes no pueden vivir juntos.

"Hay que desterrar el mito de que si somos diferentes no podemos vivir juntos"

"En Euskadi, la política complica los retos que plantean las lenguas"

Pregunta. ¿Pueden las lenguas ayudar a construir una convivencia en paz?

Respuesta. Muchas iniciativas europeas parten de que la tolerancia favorece la paz. La Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias insta a tolerar el uso de toda lengua europea en los espacios públicos porque así la gente se sentirá más en casa donde quiera que esté. Una hablante de una lengua minoritaria residente en un país con otro idioma oficial lo sentirá su hogar si puede emplear su lengua con las autoridades o que sus hijos la aprendan en el colegio. Eso sí: la Carta no ampara manipulaciones ni abusos de los derechos lingüísticos, que también los hay.

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Las hijas de la igualdad formal

Las jóvenes feministas se movilizan contra las discriminaciones que siguen sufriendo - Internet es su principal aliado para renovarse

EL PAÍS-País Vasco

Han nacido en democracia, escuchado desde niñas que hombres y mujeres son iguales y asistido a la aprobación de leyes de paridad. Son las hijas de la igualdad formal, pero comprueban que, pese a los avances y estar mejor formadas que nunca, siguen cobrando un tercio menos que los hombres y expuestas a la violencia contra las mujeres: más del 40% de las denunciantes de malos tratos tiene menos de 32 años.

Tres mujeres representativas de la generación en torno a los 30 años que está renovando el feminismo explican a EL PAÍS qué les lleva a seguir movilizándose. Han elegido caminos distintos: Izaskun Madariaga trabaja en una organización clásica, la Asamblea de Mujeres de Vizcaya; Josebe Iturrioz es fundadora de un colectivo joven y transgresor, Medeak, y la artista Saioa Olmo sobre la desigualdad en sus proyectos culturales.

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