martes, enero 30, 2007

El dilema del alumno empleado

Las universidades se plantean cómo garantizar que el Proceso de Bolonia permita compaginar carrera y trabajo

EL PAIS-País Vasco

El Proceso de Bolonia, que homologará los estudios universitarios en la Unión Europea (UE), apuesta por un alumnado activo frente a las clases magistrales y los exámenes finales. Ante esa nueva filosofía, en las tres universidades vascas se está debatiendo cómo ofrecer garantías a los alumnos que tienen un empleo -un colectivo que supone alrededor de un tercio del alumnado total en otros centros españoles- para que puedan seguir compatibilizando ambas actividades.

El vicerrector de Alumnado de la Universidad del País Vasco (UPV), Xabier Etxague, es consciente de que quienes estudian y trabajan son un colectivo cada vez mayor del que no se puede prescindir. "Hay voluntad de arbitrar procedimientos metodológicos diferenciados para el alumno no presencial", afirma. Enmarca incluso esa realidad en la filosofía de Bolonia: "Hay que ser consecuentes con la defensa de la formación continua facilitándola a los trabajadores en la universidad".

La adaptación de los nuevos planes de estudio por cada universidad permitirá, según el vicerrector, introducir nuevas facilidades e incluso "regular la figura del alumno libre, que existía hace años para quienes no podían asistir a clase". En la actualidad, están garantizados los derechos a no asistir a clase y a tener un examen final, "y Bolonia no impide que se mantengan", recuerda Etxague. Sin embargo, será cada departamento el que acuerde los criterios de evaluación convenientes y los casos concretos tendrán que ser negociados entre el profesor y el alumno.

La vicerrectora de Alumnado de Deusto, Rosa Miren Pagola, apunta que el nuevo sistema beneficiará incluso a este colectivo por su flexibilidad. "Se reducen las clases presenciales, las más complicadas para ellos, y el alumno puede gestionar su tiempo", destaca.

Portavoces de Mondragon Unibertsitatea recalcan que "el aprendizaje a través de la experiencia en el trabajo es inherente" a su modelo educativo, lo que se fomenta integrando a 600 estudiantes cada año en una cooperativa del grupo MCC, donde trabajan a media jornada para pagarse la carrera.

Nuevas tecnologías

Eider Santamaría cursó un ciclo superior de desarrollo de proyectos mecánicos, trabaja como delineante y estudia Ingeniería Técnica Industrial en la UPV. Miguel Rey, antropólogo y máster en dirección de empresas, es director de responsabilidad social corporativa de Kaiku y está cursando Periodismo. Ambos comparten la convicción sobre la importancia de la formación continua y, aunque no siempre pueden asistir a clase, apuestan por la evaluación continua. "El trabajo práctico es necesario y obliga a llevar la materia al día", opina Santamaría, a lo que Rey añade que "contribuye a la motivación y mejora continua de alumnado y profesorado".

Santamaría reconoce que para las prácticas se reservan horarios a los que la mayoría puede asistir, aunque defiende que "en todas las asignaturas se pueda optar por hacer sólo un examen final". Aún así, no puede evitar cierta incertidumbre: "Seré la primera en matricularme en la UNED si Bolonia complica mucho las cosas". Rey, por contra, no concibe abandonar la carrera: "Antes estaría la opción de reducir el número de asignaturas". El antropólogo destaca las facilidades que da la empresa "porque le beneficia contar con personal cualificado" y confía en que las nuevas tecnologías faciliten nuevas herramientas de comunicación.

Xabier Etxague comparte ese entusiasmo por la oportunidad que ofrecen Internet y las plataformas digitales para reforzar la relación con el profesorado. El vicerrector de la UPV cree que las inquietudes de algunos estudiantes responden a "un debate muy abierto que se encauzará". Aún así, reconoce que para compatibilizar estudios y trabajo "habrá que medir la carga anual de trabajo en la que matricularse y hacer un sobreesfuerzo".

miércoles, enero 24, 2007

Las enfermeras serán formadas para detectar casos de violencia machista

Un equipo multidisciplinar ha elaborado el protocolo de actuación
EL PAIS- País Vasco

Un sistema formativo desarrollado por la Organización Colegial de Enfermería entrenará a las enfermeras para que sepan identificar y tratar a las mujeres maltratadas que acudan a los centros sanitarios. Máximo González, presidente del organismo que engloba a los 52 colegios de enfermería de España, aseguró ayer en Bilbao que con la implantación de este método los 60.000 casos detectados anualmente en el sistema sanitario se multiplicarán casi por diez.

Máximo González presentó este sistema formativo, que calificó de "pionero en Europa", en el marco de unas jornadas en el Palacio Euskalduna sobre el compromiso de la enfermería con la violencia de género. En la rueda de prensa le acompañó la presidenta del Colegio de Enfermería de Bizkaia, María José García Etxaniz, que instó al Gobierno vasco a colaborar para que se aplique en toda la comunidad una iniciativa que "redundará en la mejora de la calidad asistencial de la enfermería vasca".

El curso de formación se impartirá de manera voluntaria en los colegios de enfermería y su duración será de entre veinte y treinta horas. Las profesionales se entrenarán para realizar una detección precoz de los casos de violencia machista, saber actuar ante una agresión y orientar a la mujer maltratada sobre los recursos legales y asistenciales a su alcance. "La mayoría de mujeres vienen acompañadas [a las consultas sanitarias] por el agresor y están aterrorizadas. La enfermera aprenderá a aislarla del maltratador y a ganarse su confianza para que confiese la agresión", señaló González. Además, los datos recogidos por las enfermeras serán enviados al Observatorio para la Violencia de Género y podrán "levantar un acta para que la justicia actúe", subrayó.

La presidenta del Colegio vizcaíno afirmó que el protocolo actual que se sigue en Euskadi está enfocado en exceso hacia los facultativos y "adolece" de la participación de las enfermeras. "Estas son las profesionales más cercanas a las pacientes y en el 81% de los casos son mujeres, lo que aumenta el nivel de confianza [de las víctimas de malos tratos]. Pero para ayudar tenemos que estar formadas", subrayó. Además, la presidenta destacó que el protocolo de asistencia no sólo reducirá el estrés de las mujeres maltratadas sino también el de las enfermeras, a las que, "como mujeres, les afecta esta forma de violencia y como profesionales quieren actuar mejor".

Al detectar un posible caso de agresión en el sistema de atención primaria la enfermera rellena un formulario sobre el estado físico y emocional de la paciente, la presencia de lesiones, si tiene alteraciones perceptivas o del lenguaje, la composición familiar y el número de embarazos y abortos, entre otros datos. Se describe también el aspecto de su acompañante y cómo trata a la paciente y a las enfermeras. El sistema se ha probado en los hospitales de Getafe y Móstoles, en los que, durante seis meses, se detectaron cuatro veces más casos que en un año.

La primera fase de la iniciativa consistirá en la formación paulatina de las 240.000 enfermeras y enfermeros que trabajan en España. Para poder implantar el sistema en los hospitales, en cambio, los presidentes reclamaron "voluntad política". No obstante, la presidenta del colegio vizcaíno confió en no tener problemas porque "el consejero de Sanidad actual es muy sensible hacia esta lacra". González, por su parte, lamentó que la Ley Integral contra la Violencia de Género "no está dando los resultados esperados, pese a la enorme ilusión que suscitó", porque con ella no se ha conseguido "producir sinergias y colaborar entre las diferentes regiones, organismos y sectores profesionales". En este sentido, destacó que el protocolo de actuación ha sido diseñado por un equipo multidisciplinar.

Las XII jornadas Contra la violencia de género. Un compromiso social de la enfermería, que coordina el Colegio Oficial de Enfermería de Vizcaya, comenzaron ayer en el palacio Euskalduna de Bilbao, con la asistencia de unas 850 enfermeras. Ayer contó entre sus ponentes con la vicepresidenta del Observatorio para la Violencia de Género, Enriqueta Chicano y el diputado del PP Gonzalo Robles. Hoy participarán, entre otros ponentes, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, Fernando Ruiz Piñeiro.