sábado, junio 30, 2007

John Oswald- Compositor

"La autoría intelectual es una excusa para pedir dinero"
EL PAIS- País Vasco

John Oswald (1953, Toronto, Canadá) fue en los años ochenta el padre de la plunderphonia, una corriente que consiste en apropiarse de canciones contemporáneas populares y transformarlas. Le mantiene en activo "el deseo de hacer cosas nuevas", por lo que sus actuales ocupaciones incluyen proyectos de composición musical para museos, creación de ambientes sonoros, el desarrollo de coreografías para sus composiciones, videoarte y otros proyectos audiovisuales para la gran pantalla.

Mientras la crítica especializada le alaba por su trabajo, es acusado a la vez de plagio y de violar los derechos de autor. El artista ofreció en Bilbao entre el martes pasado y ayer una conferencia, un taller y un concierto, todo ello como invitado del curso Copy your Idols que organizan la Universidad del País Vasco (UPV), Periferiak07 y el centro donostiarra Arteleku, dentro de los encuentros de verano Bilbao Arte y Cultura.

Pregunta. ¿Qué distingue a un plunderphonista de un simple pinchadiscos?

Respuesta. El disc jockey tiene como objetivo presentar su trabajo en directo ante un público. La plunderphonia es un proceso más lento, como pintar un cuadro. Me interesa más el proceso de creación que exponer la obra. En Bilborock sí que he sido más un disc jockey, pero no uno clásico, porque dialogo con el público. Si me piden algo de Britney Spears les argumento por qué en vez de a ella pincharé a la japonesa Shiina Ringo. Así establezco conexiones con la audiencia.

P. ¿Cuál es la frontera entre la versión, la apropiación y el plagio?

R. Yo no plagio, porque no firmo con un sello propio algo que ha creado otra persona. La apropiación incluye citar y transformar. Elijo a un artista que me gusta, pero también al que creo que puedo aportar algo. No robo cultura, sino que añado más. "Original" y "copia" no son conceptos absolutos, sino que interactúan. Se puede ser el mayor apropiador del mundo y hacer una aportación enormemente original.

P. ¿Cómo asume las denuncias que recibe por la cuestión de los derechos de autor?

R. Yo no peleo con nadie. Soy un buen tío, pero a veces un juez me dice que lo que hago está mal. Michael Jackson me exigió que parara de manipular su música. Aún así, nunca dijo que no le gustara el resultado. Metallica, en cambio, incluso ha puesto mi música antes de sus conciertos, y me consta que a David Bowie también le agrada mi trabajo. La gente es educada. Me dice a todo que sí como se les habla a los locos.

P. ¿Qué lleva a un artista a defender ante los tribunales la propiedad intelectual?

R. Detrás de todos los conflictos por el copyright está el interés económico. La autoría es una excusa para reclamar dinero. A mí, en cambio, no me importa. De hecho, a menudo tengo que trabajar gratis y regalé mil ejemplares de uno de mis discos. Lo que me interesa es que la mayor gente posible escuche mi música.

P. ¿La apropiación implica una crítica a la propiedad privada y la mercantilización del arte?

R. Yo sólo hago música. No me posiciono moralmente contra la idea de propiedad intelectual. Sólo conozco mi método de trabajo. Eso sí, pienso que al igual que se suele decir con respecto a la homosexualidad que el Estado no se debe meter en los dormitorios de la gente, nadie se tiene que meter en lo que yo hago en mi estudio.

P. ¿Internet acabará con la industria musical?

R. La Red influye más en la experiencia del oyente que en la producción musical. Es una gran biblioteca, una gran forma de distribución que permite conseguir muchas cosas en poco tiempo. Siempre ha habido un equilibrio entre lo que se consigue gratis -antes con la radio o grabando cintas- y lo que se paga, y ahora también. Los artistas tenemos que ver la música como un regalo, y comercializarla tiene que ser algo secundario. Defiendo no sólo el "hazlo por ti mismo", sino el "hazlo para ti mismo", y finalmente siempre se acaba distribuyendo.

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