martes, febrero 27, 2007

Desplazarse embarazada

Viajar en estado de gestación no está contraindicado pero exige tomar medidas para un desplazamiento cómodo

Consumer.es-Viajes

Durante el embarazo es habitual la aparición de molestias como náuseas, sensación de pesadez y de hinchazón, la necesidad de orinar frecuentemente, un estado de la piel y el estómago más delicado y otro sinfín de eventualidades que pueden desanimar a cualquier mujer en este estado a emprender un viaje. Sin embargo, nada contraindica que a partir de la semana 12 y hasta las 30 aproximadamente, es decir, evitando el primer trimestre de embarazo y los meses en los que un parto prematuro sea posible, la mujer embarazada pueda disfrutar y relajarse haciendo turismo.

Son tres las principales premisas que hay que tener en cuenta: elegir un medio de transporte público en el que la embarazada se sienta a gusto -conducir provoca una ansiedad innecesaria-, informar al conductor o a la empresa de transporte sobre el embarazo, y cuidar cada detalle para un desplazamiento cómodo y relajado. Es necesario llevar siempre a mano los datos clínicos del embarazo - historial y medicamentos recetados- así como los teléfonos del médico, del centro de salud y de los contactos a los que recurrir en la ciudad de destino en caso de emergencia. Viajar acompañada da la tranquilidad de no tener que enfrentarse sola a una posible complicación del embarazo.

El objetivo del viaje tiene que ser relajarse y la prioridad evitar cualquier circunstancia que genere ansiedad y que, por tanto, pueda perjudicar al feto.

Por ello, conviene elegir el medio de transporte en el que más a gusto se sienta la embarazada, de tal manera que, por ejemplo, se evitará el avión en caso de padecer aerofobia. El barco es el primero que se debe descartar porque favorece el mareo. El tren, el autobús y el avión, en cambio, cuentan con ventajas y desventajas que habrá que estudiar detenidamente.

Un embarazo no es la circunstancia más adecuada para pasarse horas y horas dentro del vagón o el autocar por lo que, por su rapidez, el avión es la mejor opción para emprender un viaje largo. Sin embargo, las mujeres embarazadas son más propensas a sufrir el síndrome de la clase turista, porque el aumento del volumen del vientre dificulta la circulación. Por ello, elegir este medio de transporte exige cuidar especialmente las malas posturas, hacer ejercicios para reactivar la circulación y dar frecuentes paseos por el pasillo del avión. Una ventaja del avión es que el personal de vuelo ofrece recursos, ayuda a llevar el equipaje y le puede calmar con alguna bebida o infusión.

Casos específicos: madres con hipertensión arterial

En las cabinas de los aviones actuales, al estar presurizadas, no hay una reducción en el oxígeno que se respira. En cambio, la disminución de oxígeno, que aumenta la frecuencia cardiaca de la madre y del feto, se da en aviones pequeños y avionetas. En embarazos complicados o madres con hipertensión arterial, diabetes, embarazos múltiples o retardo del crecimiento intrauterino, un vuelo a más de 3.000 metros de altura no es recomendable. Por lo tanto, si se quiere viajar en avión habrá que informarse sobre si la cabina está presurizada y preguntar al médico si hay alguna complicación en el embarazo que desaconseje volar. En cambio, los rayos X por los que hay que pasar antes de embarcar no son perjudiciales para el feto. Sin embargo, como lo esencial es la tranquilidad de la madre, si a ésta le preocuparan esas radiaciones, podrá solicitar que el personal femenino le registre.

Frente al autobús, todos los trenes disponen de baño, cafetería y permiten pasear. Renfe permite viajar hasta una semana antes de salir de cuentas, pero hay que presentar la autorización médica .

La mayor ventaja del autobús es tal vez la proyección de películas que hacen más llevadero el viaje. En ambos medios de transporte hay coches cama y, en el caso de los autobuses, servicios VIP que cuentan con asientos más cómodos, con más espacio, baño, bebidas y una azafata que atiende las necesidades de los pasajeros.

En cualquier caso, el primer consejo es seguir a rajatabla todos los consejos relativos al confort en viajes largos: llevar ropa holgada, elegir los asientos más amplios y tranquilos, dar paseos o hacer ejercicios para activar la circulación sanguínea y llevar un buen equipaje de mano que incluya accesorios como tapones, cojines o mantas, así como recursos para amenizar el viaje (libros, pasatiempos, auriculares, etc.).

Contra el mareo y la incontinencia
Si las náuseas son habituales en algunos meses del embarazo, es evidente que la embarazada será más propensa a marearse en un viaje. Los chicles de biodramina no están contraindicados para las embarazadas, pero aún así es mejor preguntar al médico qué remedio es el más conveniente para evitar mareos.
La necesidad de orinar a menudo es frecuente en las mujeres embarazadas, por lo que es fundamental elegir un medio de transporte con baño y, si no lo tiene, acudir al servicio en todas las paradas. Aunque no precisamente por los tan populares antojos, es importante llevar comida de casa en el bolso porque la que se sirve en el avión o cafetería del tren, incluso los snacks que reparten en algunos autobuses, pueden agravar las náuseas o dañar el delicado estómago de la embarazada. Es aconsejable también llevar una botella de agua mineral (la que ofrezcan en el medio de transporte tal vez sea de grifo) para no deshidratarse, especialmente en el avión.

jueves, febrero 15, 2007

Una "casualidad cósmica"

Nacho Vigalondo y Borja Cobeaga, compañeros de clase en la UPV, cuentan sus vivencias como aspirantes al Óscar

EL PAIS- País Vasco

Ambos son cineastas, jóvenes, coincidieron en clase en la primera promoción de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco (UPV) y trabajaron en el programa Vaya Semanita de ETB. Uno estuvo nominado al premio que ahora intenta lograr el otro: el Óscar al mejor cortometraje de ficción. Nacho Vigalondo (Cabezón de la Sal, Cantabria, 1977) y Borja Cobeaga (San Sebastian, 1977) comentaron ayer en unas jornadas organizadas por la universidad pública las mejores anécdotas de sus carreras como realizadores.

Vigalondo, aspirante al premio hace dos años por su corto 7.35 de la mañana, proyectó en primicia, ante un numeroso público, un fragmento de su primer largometraje, Los cronocrímenes, mientras que Cobeaga contó los pormenores de Éramos pocos, la pieza por la que opta a la estatuilla.

"Que dos personas tan cercanas hayan sido nominadas para el mismo premio en años muy próximos es una casualidad cósmica a celebrar", dijo Vigalondo en una rueda de prensa previa a las jornadas que estuvo marcada por la complicidad entre ambos cineastas. Se mostró convencido de que su compañero ganará el Óscar que él no consiguió: "Yo era un estudiante regular y Borja el empollón repugnante que sacaba sobresalientes hasta con resaca. La única vez que yo saqué un diez él sacó un once. Sólo por eso sé que le van a dar el Óscar".

"Estoy siguiendo sus pasos y viviendo de los errores que cometió él", bromeó Cobeaga. Matizó que lo único que sus trabajos tienen en común es "ser comedias algo siniestras". Ambos destacaron la importancia de que sus películas hayan sido distribuidas por el programa Kimuak, puesto en marcha por el Gobierno para la promoción de cortos, y coincidieron en que la principal fuente de financiación de una película, más que las subvenciones, es que un canal de televisión "potente" la coproduzca.

El realizador donostiarra resumió así el argumento de Éramos pocos: "Es una película costumbrista sobre una familia disfuncional, puesto que el padre y el hijo son dos vagos que sacan a la abuela del geriátrico para que les haga las tareas domésticas".

Vigalondo adelantó que Los cronocrímenes, protagonizada por Karra Elejalde y Bárbara Goenaga, se estrenará a finales de verano. "Es una película de ciencia ficción sin efectos especiales en la que el protagonista viaja una hora y media al pasado y se encuentra consigo mismo. Tiene muchos giros y sorpresas", destacó.

Preguntado por el peor consejo que ha recibido en su carrera, Cobeaga no dudó: "Un profesor nos dijo que si queríamos hacer cine nos habíamos equivocado de carrera". Vigalondo sostuvo que "no hay un camino recto que comunique la universidad con el cine, pero sin la universidad nada hubiera sido posible".

Las jornadas de la UPV contarán el próximo lunes con la intervención del director Koldo Serra, quien presentará su última película, El bosque de sombras, protagonizada por Gary Oldman.

martes, febrero 13, 2007

Turismo accesible

Las guías de accesibilidad y las páginas web especializadas ayudan a encontrar alojamiento, transporte y actividades adaptadas a los discapacitados

Consumer.es-Viajes

Más de 3,5 millones de personas se encuentran en España en situación de dependencia por diferentes razones, y alrededor de un millón y medio de estos discapacitados tienen menos de 65 años. Afrontar esta realidad a veces requiere profundos cambios en el estilo de vida y un gran esfuerzo de adaptación, tanto individual como familiar y social. Conseguir eliminar las barreras arquitectónicas y funcionales se convierte en uno de los capítulos preferentes para ayudar a disfrutar del entorno a quienes por sus condiciones especiales más lo necesitan. Por eso, poder moverse sin dificultades y viajar al mayor número de lugares posibles es uno de los objetivos primordiales, la clave del turismo accesible.

Garantizar la movilidad

El 9% de la población española, algo más de 3 millones y medio de personas, padece alguna discapacidad, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Concretamente, 1,3 millones de discapacitados tienen dificultades para desplazarse fuera del hogar, un límite a tener en cuenta durante el destino vacacional a elegir. Con este fin, las guías de accesibilidad y los directorios en páginas web ofrecen diversas alternativas para que una discapacidad no impida planificar y disfrutar de un buen viaje.

De esta manera, garantizar la accesibilidad a los lugares turísticos y culturales para las personas con movilidad reducida se ha convertido en una de las metas de los programas de política social de los últimos años. Según un reciente estudio de la Fundación BBVA, 3.466.465 personas se hallan en nuestro país en situación de dependencia, más o menos severa, ya sea debido a razones cognitivas, a la pérdida de funciones físicas, motoras y/o sensoriales, etc. Sólo 2.019.332 de estas personas dependientes son mayores de 65 años, poco más de la mitad. Atendiendo al sexo, son las mujeres las que presentan mayor tasa de discapacidad.

Una vez que los servicios sanitarios aseguran la supervivencia de estas personas, el reto que se plantea la sociedad es el de minimizar sus limitaciones funcionales. Se trata de lograr que alcancen el mayor grado de autonomía posible en el desempeño de de sus actividades de la vida diaria . Desplazarse y viajar son algunas de estas actividades. Por tanto, para maximizar la calidad de vida de estas personas debe garantizarse su total movilidad.

Igualdad de Oportunidades

Además de proporcionarles información, orientación y apoyo, las asociaciones de discapacitados exigen una repuesta a las administraciones para paliar las carencias que padecen.

En este sentido, la Ley de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal de las Personas con Discapacidad de 2003 declara que "la no accesibilidad de los entornos, productos y servicios constituye, sin duda, una forma sutil pero muy eficaz de discriminación".

Cualquier persona sin problemas de movilidad que haya viajado acompañada de un bebé en un carrito puede hacerse a la idea de las dificultades que ha de sortear alguien con silla de ruedas. Las mismas que sufre una persona ciega, sorda o con otro tipo de secuelas por un daño cerebral, por ejemplo. Entre otras medidas, la ley da un plazo de entre cinco y 15 años para exigir el cumplimiento de las condiciones básicas de accesibilidad para el acceso y utilización de los bienes y servicios a disposición del público, espacios públicos urbanizados y edificaciones y de los medios de transporte.
Legislar la accesibilidad al transporte, edificios y zonas públicas se antojaba necesario, tal y como apuntaban los resultados de un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2002. De 143 edificios públicos analizados, el 39% eran poco o nada accesibles exteriormente (medios de transporte y barreras urbanísticas en sus alrededores), el 36% interiormente (analizando las escaleras, rampas y ascensores) y el 47% no eran accesibles para los discapacitados sensoriales.


A la hora de viajar, los discapacitados se encuentran problemas debido a barreras arquitectónicas de cuatro tipos: urbanísticas (en vías públicas y en espacios libres de uso público), en el interior de los edificios, en los transportes y en las comunicaciones sensoriales.

Según una encuesta realizada por OCU a las principales asociaciones de discapacitados en 2006, más del 75% de los discapacitados con coche se quejan de que encuentran sus plazas ocupadas con frecuencia. Aparte del coche, el autobús es el medio que utilizan con más asiduidad. Sin embargo, el 65% de las personas con problemas de movilidad dicen no coger nunca el metro ni el tren por la dificultad de subir y bajar.

Más información turística

Para conocer de antemano las barreras en el lugar de destino, conviene solicitar información al ayuntamiento o la oficina de turismo de la ciudad. Muchas ciudades, como Madrid, Gijón o Badajoz, han publicado una guía de accesibilidad, en la que detallan las condiciones en alojamiento, hostelería, instalaciones turísticas, parques y playas entre otros. Además, algunas asociaciones de discapacitados impulsan otras iniciativas como el mapa diseñado por la Federación de Asociaciones de Minusválidos Físicos de la Provincia de Badajoz (Cocemfe), que define la accesibilidad de monumentos, establecimientos hosteleros, restaurantes, bares, museos e iglesias de la ciudad de Mérida.

Los parques de atracciones son una de las opciones más accesibles. Los más populares del entorno -Disneyland París, Isla Mágica, Futuroscope, Warner Bross Park, Terra Mítica y Port Aventura- están adaptados a las necesidades de los discapacitados.

En cuanto al transporte público, los autobuses y trenes cuentan con zonas especiales para sillas de ruedas, asientos reservados para personas con movilidad reducida y rampas de acceso. En el avión, la persona discapacitada tiene derecho a una asistencia sin coste adicional alguno. Ese trato especial incluye la prioridad para transportar los elementos necesarios para moverse, contar con un asiento con más espacio para las piernas y ser los primeros en embarcar y los últimos en descender, ayudados siempre por un asistente de vuelo.

Para encontrar fácilmente alojamiento accesible, la web TECNUM ofrece un útil catálogo de hoteles en España y Europa, Paradores y casas rurales adaptadas. La página informa también sobre los cruceros que están preparados para personas discapacitadas. En Internet hay además varios directorios de páginas web sobre turismo accesible, como Vive tu Viaje.

En algunas provincias existen incluso empresas que organizan viajes para discapacitados, como Fundació 60 en la Costa Brava.